Hoy os traigo una historia para la lectura y la reflexión sobre la gratitud.
¿Qué esperamos cuando hacemos un regalo? ¿Lo hacemos por sentirnos bien con nosotros mismos o verdaderamente nuestra ofrenda es sin esperar nada a cambio?
LOS REGALOS DEL MAHARAJÁ
Había una vez un maharajá, que tenía fama de ser muy sabio y cumplía 100 años. El acontecimiento fue recibido con gran alegría, ya que todos querían mucho al gobernante.
En el palacio se organizó una gran fiesta para esa noche y se invitaron a poderosos señores del reino y de otros países. Cuando llegó la hora de festejar, una gran cantidad de regalos se acumulaban en la entrada del salón, donde el maharajá iba a recibir a sus invitados. Durante la cena, el anfitrión pidió a sus sirvientes que separaran los regalos en dos montones: los que tenían remitente y los que no se sabía quién los había enviado. A los postres, el monarca mandó traer todos los regalos en sus dos montones. Una de cientos de grandes y costosos regalos y otra más pequeña, de una decena de presentes. El maharajá comenzó a tomar regalo por regalo de la primera montaña y fue llamando a los que habían enviado los regalos. A cada uno lo hacía subir al trono y le decía:
-Te agradezco tu regalo, te lo devuelvo y estamos como antes -y le devolvía el regalo, no importaba cuál fuera.
Cuando terminó con esa pila, se acercó a la otra montaña de regalos y dijo:
-Estos regalos no tienen remitente. Así que estos sí los voy a aceptar, porque estos no me obligan y a mi edad, no es bueno contraer deudas.
Jorge Bucay, Cuentos para pensar.
"Hay quienes dan muy poco de lo mucho que poseen y lo dan buscando el agradecimiento y su oculto deseo estropea sus regalos.
Y hay quienes poseen poco y lo dan todo. Son estos los que creen en la vida y en la magnificencia de la vida y su cofre nunca está vacío" Khalil Gibrán, Sobre el dar (El Profeta)
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